martes, 16 de diciembre de 2025

 A veces te nombro en silencio

para no romperme la boca,

porque decir tu nombre

me recuerda todo

lo que nunca dijiste.


Te construí un refugio en el pecho

y aún así decidiste quedarte afuera,

mirándome amar sola

como si no fuera contigo.


Yo te ofrecí mi verdad desnuda,

sin defensas, sin máscaras,

y tú respondiste con distancia,

con inviernos donde pedía hogar.


No me duele que no me ames,

me duele que finjas sentir,

que abraces mi ausencia

mientras me miras partir.


Porque amar no es herir despacio,

ni callar lo que sangra,

amar es quedarse

cuando el alma tiembla.


Y aquí sigo,

aprendiendo a soltar sin odio,

a cerrar esta herida

sin arrancarme el corazón.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario